"Leo la Conspiración de Gabriel Aguilar y Manuel Ubalde" (Parte II)

Los conspiradores “Ubalde” y “Aguilar” son condenados a la horca por los siguientes delitos: Organizar una conspiración para asaltar el cuartel, posesionarse de la ciudad e iniciar un proceso que debería de culminar con expulsar a los españoles. En su contra yacen los Textos incendiarios y prohibidos que leían (La Biblioteca de la conspiración guarecía libros dinamiteros entre los cuales figuraban escritores como el abate Reynal, los italianos filangieri y Muratori, pero también los altamente peligrosos y abominables: Rousseau, Helvetius, y Voltaire). En su contra yace la distorsionada lectura que le daban a Santo Tomás de Aquino y San Agustín. En su contra yace utilizar los pasajes de la Biblia con fines subversivos. En su contra yace un delator, traidor y mierdero, llamado “Mariano Lechuga” que se vendió por un puestecito público en el Virreynato. En su contra yace su proyecto “Libertario” puesto al descubierto donde hubo más de un implicado que iban desde curas franciscanos, capellanes, el obispo del Cusco, hasta indios nobles, hacendados, médicos, escribanos, entre otros que apoyaron el proyecto de Aguilar y Ubalde, y que en los libros de la historia oficial, a pesar de su hazaña histórica, de aventura inigualable y sublevación de las pasiones, apenas le dedica dos líneas.