VIEJAS MANIAS, VIEJOS SONIDOS: RAMONES

Ahora que se celebra el no se qué del Punk (ya no tengo el mismo trote de antes), ahora que el Punk está tan de moda, ahora que el Punk es esa interminable melcocha: Punk Pop, Punk melódico, y Punk no se qué, es bueno zambullirse de vez en cuando en su clásico sonido, fagocitar los oídos, empeñarte a cualquier santo, merodear sus veredas, pensar en su ebullición, pensar en su repliegue obstinado, en su temple cacofónico, en sus orines, en sus nauseas, en sus hermosas estupideces (a fin de cuentas de eso de trata el arte, la prolongación decente de nuestra estupidez). Yo aún lo hago escuchando viejas canciones de los Ramones, mis chicos punk preferidos, la nostalgia no impera, es imposible, hay que detestar la nostalgia lacrimosa y comemierda, las letras sencillas sí, la alocada bobería de ser simples mortales también, la enajenada emoción de ser iluminados viandantes buscando nuestra misma ruindad en otros, mas aún.