Poeta Manuel Morales y Requiem para el sordomudo Jack Quintanilla
Requiem para el sordomudo jack quintanilla que dejó la vida tirada sobre los asfaltos.
(Historia de choborras)
Te acordarás de este otario que un día cansado se puso a ladrar (Yira... Yira... Tango)Enrique Discépolo
Por primera vez desde aquel encuentro
en la Chilena el sol se había borrado de su rostro. Y ebrios y gamberizos,
choborras y guaraperos abrieron su corazón rojo-pisco al desborde
de la ternura. Jack Quintanilla sumido en la niebla
Imagino también a la canalla, fracasados triunfantes de la vida. A Toto,Obdulio, Rafo,
al Tirabuzón Zapata, al Mocho Gutarra y Dedalito, amigo
de las grandes procacidades y el trago corto. Y las muchachas -antiguas
Criaturas pasadas de moda- buitriando un gato de los mil demonios.
No es menos interesante, por cierto, la historia de Faltapincho castrado
en la guerra del Chaco. Jack Quintanilla sumido en la niebla
y esa terrible mirada condimentada con ajos y cebollas, esa terrible
mirada anotologizando los principales burdeles y chongos de la costa, es
de pronto en picada una campana apachurrada bajo las ruedas de un FORD.
(Intuyo que nuestro tiempo llama presto a celebrar la amistad).
Un rumor de botellas vacías los separaba para siempre. Y Bienvenido Granda,
Daniel Santos y la Sonora Matancera, y otras caliginosas voces
se adhieren al merecido homenaje y callan desde la radiola AMI music. Y hasta Sudapisco, el perro
Alcohólico de Marambio, tirado sobre los gargajos
y el acerrín ocre del piso, deja escapar lágrimas caninas, testimonio
del más grande homenaje. Jack Quintanilla bajo los neumáticos.
Y dicen -las malas o buenas lenguas- que llegó de Chincha con dos
Soles cincuenta y una chalina. Afirman. Sordomudo de nacimiento.
Su idioma, indiscutible, mágico mundo de señales, era
para entenderlo de corazón a corazón. El mundo apareció en sus manos.
Hasta aquí mi historia no deja de ser cierta. Había recibido 10 Kilos
y decidí celebrarlo con los amigos. Y fui a buscarlos donde siempre.
Sabido es que en La Chilena los borrachos
arrojan a empellones, las sillas vuelan
y nadie sabe quién pega a quién. O mejor dicho,
los entripados y pleitos de barrio comienzan en la calle; hasta que
finalmente uno se arma de coraje y decide concluirlos en La Chilena.
(Por supuesto que hay libertad de cátedra y carajos). Cuando llegué después de seis meses de exilio voluntario, de pugnas
y claudicaciones interiores, todos estaban con el suelo en los ojos.
Jack Quintanilla sumido en la muerte. Había
dejado la vida tirada sobre los asfaltos, para siempre.Y ahora que estoy en Chincha con Jorge Vega, con Enano y Peluca, yo
le ofrezco dos palmadas de tierra de mi corazón. Jack Quintanilla
Descansa en Paz.[1]
[1] Poeta Peruano Manuel Morales (Iquitos 1942) autor del inublicable, mítico y celebrado “Poemas de entrecasa”, el único poemario que publicó en 1969 y el que me ha hecho recorrer casi toda Lima en busca de algún ejemplar. Autor además de esta frase “Ser Poeta en el Perú no se lo recomiendo ni a Superman”. Fue mentor y maestro de los Hora Zero. Cuenta la leyenda que a principio de los años 70 cogió sus maletas, su vieja Olivetti y se fue a residir al Brasil, nunca más se supo de él, se borró por completo del mapa, hasta que apareció esta foto que aquí cuelgo.
(Historia de choborras)
Te acordarás de este otario que un día cansado se puso a ladrar (Yira... Yira... Tango)Enrique Discépolo
Por primera vez desde aquel encuentro
en la Chilena el sol se había borrado de su rostro. Y ebrios y gamberizos,
choborras y guaraperos abrieron su corazón rojo-pisco al desborde
de la ternura. Jack Quintanilla sumido en la niebla
Imagino también a la canalla, fracasados triunfantes de la vida. A Toto,Obdulio, Rafo,
al Tirabuzón Zapata, al Mocho Gutarra y Dedalito, amigo
de las grandes procacidades y el trago corto. Y las muchachas -antiguas
Criaturas pasadas de moda- buitriando un gato de los mil demonios.
No es menos interesante, por cierto, la historia de Faltapincho castrado
en la guerra del Chaco. Jack Quintanilla sumido en la niebla
y esa terrible mirada condimentada con ajos y cebollas, esa terrible
mirada anotologizando los principales burdeles y chongos de la costa, es
de pronto en picada una campana apachurrada bajo las ruedas de un FORD.
(Intuyo que nuestro tiempo llama presto a celebrar la amistad).
Un rumor de botellas vacías los separaba para siempre. Y Bienvenido Granda,
Daniel Santos y la Sonora Matancera, y otras caliginosas voces
se adhieren al merecido homenaje y callan desde la radiola AMI music. Y hasta Sudapisco, el perro
Alcohólico de Marambio, tirado sobre los gargajos
y el acerrín ocre del piso, deja escapar lágrimas caninas, testimonio
del más grande homenaje. Jack Quintanilla bajo los neumáticos.
Y dicen -las malas o buenas lenguas- que llegó de Chincha con dos
Soles cincuenta y una chalina. Afirman. Sordomudo de nacimiento.
Su idioma, indiscutible, mágico mundo de señales, era
para entenderlo de corazón a corazón. El mundo apareció en sus manos.
Hasta aquí mi historia no deja de ser cierta. Había recibido 10 Kilos
y decidí celebrarlo con los amigos. Y fui a buscarlos donde siempre.
Sabido es que en La Chilena los borrachos
arrojan a empellones, las sillas vuelan
y nadie sabe quién pega a quién. O mejor dicho,
los entripados y pleitos de barrio comienzan en la calle; hasta que
finalmente uno se arma de coraje y decide concluirlos en La Chilena.
(Por supuesto que hay libertad de cátedra y carajos). Cuando llegué después de seis meses de exilio voluntario, de pugnas
y claudicaciones interiores, todos estaban con el suelo en los ojos.
Jack Quintanilla sumido en la muerte. Había
dejado la vida tirada sobre los asfaltos, para siempre.Y ahora que estoy en Chincha con Jorge Vega, con Enano y Peluca, yo
le ofrezco dos palmadas de tierra de mi corazón. Jack Quintanilla
Descansa en Paz.[1]
[1] Poeta Peruano Manuel Morales (Iquitos 1942) autor del inublicable, mítico y celebrado “Poemas de entrecasa”, el único poemario que publicó en 1969 y el que me ha hecho recorrer casi toda Lima en busca de algún ejemplar. Autor además de esta frase “Ser Poeta en el Perú no se lo recomiendo ni a Superman”. Fue mentor y maestro de los Hora Zero. Cuenta la leyenda que a principio de los años 70 cogió sus maletas, su vieja Olivetti y se fue a residir al Brasil, nunca más se supo de él, se borró por completo del mapa, hasta que apareció esta foto que aquí cuelgo.
3 Comentarios:
Hola
Aquí encontrarás otros textos de Manuel. Los he transcrito directamante de Poemas de entrecasa. Fuimos amigos y compañeros de estudios y es cierto que dejó su huella en la poesía peruana de los años 70'.
http://hablasonialuz.wordpress.com/2007/11/06/dos-poemas-de-entrecasa-manuel-morales/
Para más datos, también puede ser de interés este estudio mío:
http://hablasonialuz.wordpress.com/2006/12/27/la-ciudad-poetizada-poesia-urbana-de-los-anos-70%e2%80%99/
Estimada sonia;
Se agradece el dato, siempre es bueno leer a Manuel Morales.
Saludos,
ES CIERTO ESO
Me enteré que Manuel Morales falleció el años pasado.
Confirmemé.
eloy jáuregui
ljauregu@ulima.edu.pe.com
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