Se viene el mes morado...

Desde que tengo uso de razón el mes de Octubre para mi madre es un rito. Es el mes donde abandona todo para organizar rosarios y blindarse de incienso, pero no en Lima, sino al norte chico de Lima, donde ella tiene la antigua casa familiar y una urna que mandó construir hace años para el Señor de los Milagros. Y luego reza, muy calladita, pidiéndole quizás al señor de los temblores lo imposible. A sus 65 años siempre he admirado la militancia católica que cada Octubre ella ejerce con tal beata convicción que nunca capitulará a pesar del escepticismo de su hijo. Aquí en Lima todo irá de morado, el festín de fritanga y aceite recalentado reinará en su centro histórico, el caos vehicular será endemoniado, los pecadores peruanos (empezando por nuestro Presidente de la República) se golpearán sus pechos, y nadie podrá decir que Dios no es Peruano, porque en éste mes morado la falta de letrinas, la falta de Luz, agua y desagüe, se olvidarán con lo rezos.