Viva el Perú y sereno: de ministros ladronzuelos y la inmensa estupidez de la dueña de la librería "La casa verde"....
Robarle al estado Peruano es un deporte nacional a tal punto que verdaderas hazañas se han escrito en su historia. Por ejemplo en estos días nuestro Ministro del Interior, el moche Alva Castro (acusado de producir gigantescas nauseas cada que sale en TV), dice que él no tiene nada que ver con los escándalos de corrupción que pasa en su cartera ministerial. Siendo ingenuos podríamos pensar que éste señorito de pelo pintado es un incompetente down a quien la duda le favorece, pero no es down, lo que pasa es que éste cándido y esforzado gordito (que sólo un país como éste le ha podido regalar una segunda oportunidad) es un curtido y macerado truhán, el capítulo subterráneo de Alibaba y los 40 ladrones, y el hijo bruto y perdido de los tatalia (para mayor detalle ver el Padrino).
De otra esquina, me entero que la dueña de la Librería llamada La Casa Verde ha tenido un arrebato de cocinera al prohibir que se venda en su librería la obra del novel escritor Carlos Carrillo misma que lleva por título “Para tenerlos bajo llave”, mandando a retirar de sus estantes esa "asquerosa obra". La menguada que funge de librera ha dicho que dicha obra es “satánica, pornográfica y pedófila” y que no va con la línea decente de su negocio. Reprochaba esto la menguada mientras la caja registradora de su librería recibía algunos dolarillos por la compra de una obra del Marqués de Sade, sórdido, calenturiento y sádico escribiente que rendía culto a la sodomía. Lo curioso del caso además y que no ha hecho sino coronar la ignorancia de la menguada, es que LA CASA VERDE (nombre de su librería) es el nombre de un célebre burdel, chongo, mancebía, o casa de la tolerancia en la obra (del mismo título) de Mario Vargas Llosa, tal como, desde un Barcito, entre pisco y escabeche de borracho, le ha hecho recordar el siempre lúcido maese Oswaldo Reynoso. Como extrañamos al librero Mejía Baca.
De otra esquina, me entero que la dueña de la Librería llamada La Casa Verde ha tenido un arrebato de cocinera al prohibir que se venda en su librería la obra del novel escritor Carlos Carrillo misma que lleva por título “Para tenerlos bajo llave”, mandando a retirar de sus estantes esa "asquerosa obra". La menguada que funge de librera ha dicho que dicha obra es “satánica, pornográfica y pedófila” y que no va con la línea decente de su negocio. Reprochaba esto la menguada mientras la caja registradora de su librería recibía algunos dolarillos por la compra de una obra del Marqués de Sade, sórdido, calenturiento y sádico escribiente que rendía culto a la sodomía. Lo curioso del caso además y que no ha hecho sino coronar la ignorancia de la menguada, es que LA CASA VERDE (nombre de su librería) es el nombre de un célebre burdel, chongo, mancebía, o casa de la tolerancia en la obra (del mismo título) de Mario Vargas Llosa, tal como, desde un Barcito, entre pisco y escabeche de borracho, le ha hecho recordar el siempre lúcido maese Oswaldo Reynoso. Como extrañamos al librero Mejía Baca.
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