Indigencia
Max Stirner y el comunismo
Cuando en 1844 Max Stirner publicó su única y fundamental obra: "El único y su propiedad" al año de su publicación fue prohibida y tachada de blasfema y de poner en peligro la creencia en Dios/ cristo/ y la iglesia, y además porque tuvo el vil atrevimiento y la ligereza insana de cuestionar el orden social y el gobierno.
Así, acusado de perjurio, el libro fue en un principio secuestrado por las fuerzas del orden germánico (tan complicadas como siempre).
Los coetáneos de Stirner (Engels, Feuerbach, y una ruma filósofos más) no hicieron otra cosa que ningunear sus teorías tan opuestas a las suyas y a los de muchos cocinadores de ideas de aquella época (he leído la carta que le escribiera Engels a Marx, es tachatoria y lo trata de loquito, vaya bufón!!).
Lo que estos alborotados filósofos no digerían y le causaba endiablados cólicos estomacales era como éste profesorcito de niñas Burguesas so pretexto de defender la libertad del individuo se atrevía a decir que el comunismo y la "indigencia" iban de la mano. Escribía Stirner lo siguiente: "La sociedad comunista se resume en lo que se puede llamar la "indigencia" general". Stirner concluía que en una sociedad comunista ser un indigente era ya un título honroso, es decir te daba status.
El tiempo le daría la razón: la indigencia de los paises comunista terminaron por colapsar como colapsa un water atorado; y entre nosotros la indigencia de Cuba es casi un símbolo patrio, y en Venezuela la indigencia es un anhelo nacional (alcanzar la indigencia allí es casi como llegar al olimpo de las deidades). Latinoamérica en general insiste en ser indigente y en amasar estiercol, y los que es peor: siglos y siglos llevan consigo ese título honroso y esa sucia costumbre.
Habráse visto tamaña infamia.
Max Stirner y el comunismo
Cuando en 1844 Max Stirner publicó su única y fundamental obra: "El único y su propiedad" al año de su publicación fue prohibida y tachada de blasfema y de poner en peligro la creencia en Dios/ cristo/ y la iglesia, y además porque tuvo el vil atrevimiento y la ligereza insana de cuestionar el orden social y el gobierno.
Así, acusado de perjurio, el libro fue en un principio secuestrado por las fuerzas del orden germánico (tan complicadas como siempre).
Los coetáneos de Stirner (Engels, Feuerbach, y una ruma filósofos más) no hicieron otra cosa que ningunear sus teorías tan opuestas a las suyas y a los de muchos cocinadores de ideas de aquella época (he leído la carta que le escribiera Engels a Marx, es tachatoria y lo trata de loquito, vaya bufón!!).
Lo que estos alborotados filósofos no digerían y le causaba endiablados cólicos estomacales era como éste profesorcito de niñas Burguesas so pretexto de defender la libertad del individuo se atrevía a decir que el comunismo y la "indigencia" iban de la mano. Escribía Stirner lo siguiente: "La sociedad comunista se resume en lo que se puede llamar la "indigencia" general". Stirner concluía que en una sociedad comunista ser un indigente era ya un título honroso, es decir te daba status.
El tiempo le daría la razón: la indigencia de los paises comunista terminaron por colapsar como colapsa un water atorado; y entre nosotros la indigencia de Cuba es casi un símbolo patrio, y en Venezuela la indigencia es un anhelo nacional (alcanzar la indigencia allí es casi como llegar al olimpo de las deidades). Latinoamérica en general insiste en ser indigente y en amasar estiercol, y los que es peor: siglos y siglos llevan consigo ese título honroso y esa sucia costumbre.
Habráse visto tamaña infamia.
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