Wagner y Nietzsche....
En los textos que he leído sobre la relación R. Wagner (músico) y F. Nietzsche (filósofo) se habla mucho del distanciamiento de éste último para con el primero. Poco, sin embargo, se ha dicho (o se nos ha dicho a guisa quizás de la más absoluta ignorancia) sobre sus primeros acercamientos, y de esa entrañable y querida amistad que surgió entre ambos. Amistad que nace el día en que Nietzsche va en busca del músico hasta su misma casa, llevado -claro está-por su fascinación. La empatía entre ambos no se hizo esperar, el filósofo admiraba al músico, y al músico empezábale a seducirle la capacidad e inteligencia del jovenzuelo, por lo que no tardó la admiración recíproca de uno hacia el otro. Siempre he tenido al frente a un Nietzsche rabioso, atormentado, y misilero (dispuesto a derribarse ídolos), nunca -en cambio- en plan de elogios y de gratas líneas de admiración hacia algo y hacia alguien; lean estas líneas escritas por Nietzsche dedicadas a R. Wagner: "Wagner realiza lo que nosotros sólo podíamos desear; es un espíritu magnífico, rico y grande; un carácter enérgico y un hombre encantador, digno de amor (...) En Wagner domina un idealismo tan absoluto, una tan profunda y emocionante humanidad, que cerca de él me siento como cerca de la divinidad". (Carta reproducida en la Pag 68 del libro "La vida de Federico Nietzsche", por Daniel Halévy, Editorial Emece, 1943/Buenos Aires). Claro que después la historia sería distinta.
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