lunes, octubre 12, 2009

Tipografía vieja

Había una vez otro Alberto Quimper...(aunque usted no lo crea)

Había una vez otro Alberto Quimper y no es broma lo que aquí escribo. Uno de esos viejos libros peruanos que más me gusta es el que recopila los artículos costumbristas de esa luminaria Peruana llamada Abelardo Gamarra o también conocido entre los literatosos de su época como "El Tunante". El libro lleva por título (en letras doradas) "Artículos de costumbres de el Tunante" y data de 1910. Justamente en uno de esos artículos se habla de un tal Alberto Quimper, un joven, talentoso y culto abogado Peruano que brillaba en los tribunales Limeños y que defendía causas justas contra los más poderosos de este país: los gamonales y la
Iglesia Católica. Lástima -cuenta el Tunante- que la muerte se lo llevó a sus apenas 36 años de edad; El Tunante lo describe así (aquí algunos extractos de saber):


"Desde recién recibido de abogado, se hizo notar Alberto por su amor a la libertad y su gran culto a los principios (...), defendió la libertad de creer y de pensar, pronunció brillantes discursos ante centenares de gentes que acudían a los tribunales ansiosas de escuchar su palabra: batió en brecha a los retrógrados (...) supo perdonar con magnanimidad y grandeza las miserias de sus grandes e implecables y odiosos adversarios (...) formidable en la tribuna o en la prensa, pues hablaba también como escribía, era afectuosísimo en el trato particular, y tierno como un niño en su casa. Esto le hacía más grande y para nosotros más querido." (Pag. 231-233).

Al parecer este Alberto Quimper era muy querido en los predios intelectuales , a diferencia de su heredero (Bieto Quimper) que resultó un criollón pendejo, habitué del Club Nacional (el lugar donde se reune la crema y nata de la más inepta Aristocracia Peruana), y dueño de un lenguaje cropolálico y solvente que forma parte natural de su grasosa existencia.

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