sábado, junio 17, 2006

SANTIAGO DEL PRADO y LA POESÍA PERUANA


Que cojudéz, hoy día Lima amaneció mas gris que nunca (se viene su invierno húmedo), parece que anda de luto perpetuo por sus poetas muertos y enterrados (bien muertos y enterrados, por cierto).

Revisando algunas revistas, agüeitando páginas de un lado a otro (porque sentirse ocioso y vicioso es bueno, máxime si uno trabaja peor que burro), y husmeando retazos de historias aburridas, como se dice: en plan de hueveo pero en oficina para parecer más decente y naif, me hallé, me tropecé, con un sentidísimo poema sobre la Poesía Peruana escrito por el innombrable Santiago del Prado ( invisible escritor y presumible pariente directo de José Santos Chocano, según el Miami Herald. Cualquier equivocación sobre el particular reclame a ese diario), y cuya buena tinta escribe esto :


¡Qué será la poesía peruana?
Es el niño José María, en la hacienda Chuquitanta, muy temprano interrogando a una ranita, verde corazón del estanque.
Es, pistola en mano, el siempre joven Valdelomar,capitaneando setecientos hombres para asaltar la Junta Electoral.
Es Carlos Oquendo, a la hora de dormir,extendiendo periódicos en el suelo.
Es Georgette en París,en una embajada abandonada,encontrando unos poemas en el suelo.
Es César Moro,en un colegio militar,enseñando francés a jaguares.
Es el último cielo de la selva en los últimos ojos de Heraud.
Es Eielson enviando un poema a la NASA pidiendo por favor que lo coloquen en la luna.
(Es la gentil carta de respuesta de una secretaria de la NASA,
diciéndole a Mr. Eielson que sí, más adelante...).
Es Guillermo Chirinos Cúneo,acosado por la crisis del país, deambulando por el vecindario,tratando de vender un libro de su biblioteca.
(Es el momento en que me topé con su venta, respondiéndole para siempre: "no me interesa"; hiriendo sin querer con mi craso nerviosismo).
Es el gremio de poetisas que invariablemente nos recuerdan con sus libros ese sabio precepto persa:"Cuando la gallina quiere cantar hay que cortarle el pescuezo"
Es Renato Sandoval traduciendo abnegadamente del finlandés la poesía más finlandesa
del mundo.
Es el poema ajeno que envidiamos,y que siempre, siempre fue nuestro.
Es el hombre mayor y solitario que lleva su poemario a un concurso.
Es la revista de poesía de Moquegua que jamás llegará a Lima.
Es una mano en la penumbra acariciando en braille ese poema de Martín Adán...

(Santiago del Prado/Revista Hueso Humero)

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