DIVAGACIONES DE INVIERNO...

Locura permanente y doble locura si se trata de que vives en el Perú (un país devastado por analfabeto funcionales), locura la de comprar libros digo, libros que adquiero porque sé que me servirán para tranquilizar ese no se qué que aguarda dentro de mí, cualquier Apocalipsis en tu perra vida se hace más llevadera con esa herramienta que es mi tabla de salvación, que más que cultura es una inyección de emociones. Eso sí, lo que menos hago es comprar esos aburridísimos libros de lo que se supone es mi carrera, que se jodan todos esos niñetes de la toga, lo mío son los libros raros, esos que se imprimieron para no gustar, para ser detestados, esos libros delirantes que pretendían incendiar el mundo, caóticos, incomprensivos, los que proponían soluciones radicales, los calificado de idiotas, los que pretendieron quemarlos, los olvidados por el tiempo, los que no aparecen como cánones, los odiados, de mal fin como sus autores. Como los anticuarios, como las viejas máquinas Underwood, los libros de ese filo son mi sucia debilidad.