De acróbatas, payasos, magos...la vida circense en "la pluma" del escritor colombiano Carlos Perozzo....
Frecuentaba cantinas, mancebías, casas de juego, lóbregas callejuelas donde se escondían toda la clase de la casta de los cacos y su secuela de carteristas, atracadores, estafadores, y ladrones de poca monta, buscando a su amigo Robayo. Lechuguín no podía sustraerse al recuerdo del día (la tarde) en que apareció por el circo con su figura de artista hambreado, desconocido y que nadie comprende. Ofrecía el aspecto de un duro, envuelto en su gabardina con el cuello levantado, sombrero ladeado y cigarrillo en la punta de los labios, dispuesto a zanjar sus diferencias con el resto de la humanidad a lo que fuera: puños, arma blanca o de fuego, lo que fuera, puta la vida, que pa’morir nacimos.[1]
[1] Texto de la obra “La O de aserrín”, del escritor colombiano Carlos Perozzo (Cucuta 1939).
[1] Texto de la obra “La O de aserrín”, del escritor colombiano Carlos Perozzo (Cucuta 1939).
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