Vaya General....la amenaza de la peste verde

Si nuestra clase dirigente fue inepta y gallina a lo largo de toda nuestra historia republicana, nuestros militares fueron ladrones, asesinos o brutos. Me ocuparé de estos últimos.

Nunca me gustaron los militares, creo mas bien que en ellos se deposita la peor desgracia de nuestro país y de sudamérica. En el Perú y en sudamérica la peste verde ha traído nefastos recuerdos, heridas abiertas, actos de felonía, manías de bribones y una torpe idea de la jerarquía que a veces raya con lo ridículo.

Para muestra un botón. El día de hoy un General (en retiro) del Ejercito Peruano, un tal Rafael Hoyos de Vinatea, que no ha ganado ni una batalla en su vida y que a la fecha se mantiene invicto, ha dicho que si el Perú pierde su justa demanda ante la Haya debe ir a la guerra con Chile.

El infeliz, que tiene la idea belicista aprendida de paporreta, cree que en estos tiempos un conflicto de la naturaleza que ocupan a Perú y Chile debe de arreglarse en última instancia a punta de metralla, misiles, y bombarderos, en caso que un tribunal no nos dé la razón. Es decir a las buenas o a las malas. A eso yo le llamo salvajismo, mal perdedor, "si se puede", nacionalismo ramplón, patrioterismo de cuartel, y lo peor de todo: mariconería, porque les apuesto que ni este generalote, ni sus vástagos, estarán en la primera fila del combate.

Con alguna gentuza del país mapocho ha sucedido algo similar, pero el Perú ya está acostumbrado a las estridencias ultranacionalistas de un sector de chilenos, y sobre todo de esa nauseabunda mansedumbre masoquista y oligofrénica que añora las botas, las patadas en el culo, y los plomazos que repartía Pinochet.

Que nuestros leguleyos se ajusten bien los pantalones para la réplica y dúplica.

Y si el Perú pierde, pues a llorar al río rimac, al mar de Grau, al puente de los suspiros o a donde mierda se les ocurra moquear, y a respetar el fallo, porque las ineptitudes, la falta de decisión, la dejadez, el hueveo, el transe, la poca memoria, la eterna ignorancia de la historia peruana, y el fácil olvido, se pagan.