Ciego Luminoso

Borges & Borges, lo más cercano a Dios

Siempre me anda rondando la idea en la cabeza : hoy en día cuando lo Jovenes sufren de Bolañofilia (la lambiscada a Roberto Bolaño es necrófila, va desde su editor, pasa por sus adláteres, y termina en el escritor Peruano Diego Trelles, ya párenla ¿no?) uno piensa por ejemplo en sus primeras lecturas de entrecasa, esas que el ocio y la amistad universitaria dictaban y que con gratitud de araña venenosa uno guarda en el enrevesado disco duro que es la memoria; por ahí desfilan por ejemplo: Borges, García Márquez, Martín Adán, el primer Vargas LLosa, Bryce, Ribeyro, Onetti, Sábato, Julio Cortazar, Bioy Caceres, Hermann Hesse, Broch, Musil, Canetti, Koestler, Goethe, Rulfo, Camilo José de Cela, el inigualable Jorge Amado, Octavio Paz, entre otros.

Pero de todos, fue Borges el que me llevó de las narices hacia Thomas de Quincey, a Cherteston, a Schopenhauer, y a los anarquistas místicos. Borges es lo más cercano que este insignificante y disgustado lector ha sentido sobre la existencia de Dios, el podría ser Dios, podría incluso tener una religión Borgiana y desplazar a la esperpéntica y oligofrénica religión Maradoniana, esa que rinde culto al drogón argentino con ínfulas de progre.

Razón tenía ese viejo diablo que es Victor Hurtado Oviedo (escritor/periodista peruano, endurecido insomne de los cafetines centro limeños de antaño, y autoexiliado desde hace años en Costa Rica, justo cuando el periodismo tanto lo necesita aquí) cuando decía aquello que: después de conocer a Borges, cuán pobres resultan ciertos libros de moda!! (V.H.O. Pago de Letras. Pag.69).