viernes, septiembre 19, 2008

Leblón....

Ser portero en un edificio resulta más interesante que ser abogado (la verdad sea dicha aquí). A mi me hubiera gustado ser simple portero de un edificio en Leblón, Rio de Janeiro, entre otras razones por la inmensa belleza que Leblón ofrece a mis ojos. A diferencia de Lima en Río de Janeiro el mar es paso obligado para todo ciudadano o turista, porque todo Río de Janeiro conduce al mar, a la larga avenida Atlántica, y todo habitante de Río se siente dueño de esa inmensa parte del océano. Ahí se empatan y se hermanan el aroma de la lujuria y de la pólvora. Por la avenida pasea el oficinista que salió a dar un respiro/ el estafador/ el ejecutivo más ricachón del Brasil/ el artista/la amante/ la prostituta/ los travestis/ los pistoleros de la favela/ y las hermosas adolescentes cariocas que alegres y matadoras caminan con ansias de descubrir qué o a quién. En esta ciudad escasean los suicidas y yo, un simple gordinflón sudamericano, un abogado metido en líos (aprendíz en el viejo, pero duro arte del funambulismo) que se había convertido en un aficionado snob al tabaco en pipa, contemplaba aquella ilusión con una destemplada, pero vital, ociosidad. /Rio de Janeiro, 20 de Septiembre del 2007/.

PD.-Esta ociosa y vana estampa Carioca la escribí en un día muy caluroso de septiembre del 2007 mientras me tomaba una cerveza en un Barcito (con terrazas para sapos y solitarios expectadores) bien simpático de Leblón/Rio de Janeiro (en tanto mataba el tiempo a que mi mujer llegase de hacer sus compras y malgastar el dinero). La foto la arranqué casi pidiendo una súplica, pero valió la pena.


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