viernes, octubre 23, 2009

Arte Poética

Dos Poemas.......(corajudos)

"La poesía es "jobi" de los débiles", frases con las que se llenan la boca seudos-bravucones y seudos-rudos, atrapados eso sí: en su más profunda y completa ignorancia. La poesía puede parecer un oficio inútil, pero ese oficio inútil puede resumirte la historia de la humanidad en una sóla línea (Goethe), y frecuentar las más alevosas contradicciones de ese mono evolucionado que se hace llamar: hombre (Rilke, Rimbaud, Mallarme). Asi es que quienes creen que la poesía ya murió o es gusto de mariquitas fresas no merecen otra cosa que nuestro más profundo desprecio.

Con arreglo a esto paso inmediatamente a transcribir dos poemas que me han seducido en esta semana: el primero de ellos es del Perú: Enrique Verástegui -en homenaje al también poeta peruano Javier Sologuren- y la extraigo de su último poemario titulado: Teoría de los cambio. Huelga decir que en éste poemario se ve al mejor Verástegui: lacónico y preciso en su poesía. Juzguen Ustedes:
2 a.m

Paso mis tardes de domingo
Leyendo a Sologuren
Él está viejo y yo soy joven aún.

Él está viejo, achacoso, a punto de ser enviado a un
asilo.
Su poesía fue llamada pura.
Me interesa el hombre, sus poemas.

Pudo dedicarse a otra cosa, no editar La Rama Florida,

para terminar así, escarnecido.
A esto yo le llamo: un "poema" perfecto y rendondo.

El segundo es un Poeta Norteamericano ya muerto hace una buena punta de año, se llama: Robert Lowell (Boston 1917). La primera vez que escuché a éste poeta fue en voz de otro poeta :el Mexicano Mario Santiago Papasquiaro, quien con voz de ultratumba leía un poema suyo dedicado a los amigos. Suficiente para rastrearlo. Aquí les dejo éste inmejorable poema:
Cuando los pulitzers llovieron sobre algún idiota
o demente que lavó nuestras secas bocas con el jabón,
pocas personas considerarían porqué me dediqué
a seguir marineros, y porqué arrojé falsos dorados laureles
del Tío Sam a las aves.
Porque yo sabía que mi Whitman como libro,
extranjero en América, decía a mi país: Yo,
catullus redivivus, en tiempos la sensación
de la Village y París, solía interpretar mi papel
de homosexual, devorando las ovejas perdidas
que pasaban hambre junto a la plaza de la concorde.
Mis beneficios eran un bosillo con un agujero.
Aquel que pregunte por mí, el Shelley de mi era,
deberá aportar su corazón para que me sirva de cama y pensión.
Fin.

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal