viernes, mayo 15, 2009

Pie de página
Compay Segundo: amor de loca juventud...


Compay segundo es la mejor aspirina para arreglarte un día de perros. Te cura el dolor de cabeza y te relaja, éste viejo es pura alegría sonera hasta en el Bolero más cortavenas, si hasta da ganas de mandarse un vaso de ron en las mañanas mientras otros se matan. Nada de complicaciones con la vida ni de gritos histéricos como cuando capan a un chancho, pura crónica doméstica y de pillos y enamorados viandantes. Que el yoga, vaaa, que los libros de autoayuda, aggg; Compay, cien años y más.

lunes, mayo 11, 2009

¿adiós conciertos?
Los burros de siempre: el fútbol, por encima del Rock...

Cuando todo parecía que iba de maravillas. Cuando despertábamos la envidia de nuestros vecinos. Cuando las perspectivas de buenos ingresos económicos se producían para quienes arriesgaban en traer a las grandes estrellas del rock. Cuando Lima y el Perú eran visto con otros ojos. Cuando las grandes bandas de Rock traían también el turismo. Cuando nos ilusionábamos con las futuras bandas que en el futuro llegarían. Nuestras benditas y sacrosantas autoridades tenían que jodernos la fiesta. Resulta que ahora el Estadio Nacional (ese coloso que sólo conocí por los últimos conciertos) no puede ser más sede de grandes conciertos de rock hasta por los menos finales del 2010, la razón "los panamericanos" de Futbol. Perú, el país con el futbol más mediocre del mundo queriendo ser sede de olimpiadas continentales. El Perú ha dado muestras de sobra que hay más hinchas en el Rock que en ese deporte de mentecatos. Que más pasión despierta las bandas de rock, que los futbolistas con sus diálogos de idiotas. Que más recuerdo le trae al Peruano la velada de un inolvidable concierto de Rock, que la mediocridad de un subnormal que no puede meter ni un puto gol. Esas autoridades con el cerebro de un Aldo Miyashiro han terminado por devolvernos a la realidad más dura y más cruel (que ya habíamos olvidado): estar condenado a ser siempre un país de cagones.
Principio y fin
Robert Walser: morir en la nieve..
Robert Walser, el autor de magníficas, jocosas y siempre conflictivas obras literarias como "Jackob Von Guten" murió mientras daba un paseo un día en que caía mucha nieve a las afueras del hospicio psiquiátrico donde voluntariamente moraba sus últimos años de vida. De él tengo la imagen de encontrarse tirado e inmovil en la nieve, completamente tieso, como aferrándose a sus inmensos copos de cristal. Morir en la nieve fue, sin duda, la última voluntad de nuestro querido Robert. Su amor lo describió perfectamente en su primer libro impreso al que tituló: "Los cuadernos de Fritz Kocher". En el dice:

"Pronto llegará el invierno, se formará remolinos de nieve, con cuánta alegría lo espero! Cuando todo está tan blanco todo puede verse también más claramente. Los colores llenan el pensamiento de toda confusión. Los colores son un dulce desorden. A mí me gusta la cosas de un solo color, de un solo tono, y la nieve es como la melodía de un solo tono."

Más adelante también escribe:

"Unas navidades sin nieve resultarían insoportables".


Pandemias latinoamericanas
Cuando los pobres diablos llegan a ser presidentes..

Evo Morales puede que tenga razón en llamar panzón y chabacano a nuestro presidente Alan García. En perspectiva se trata de un aspecto físico remediable (de un lado) y de una cualidad de mal gusto por otro, empero, no es tanto si comparamos el pobre diablismo en que se ha convertido el presidente de Bolivia. Evo Morales (como todos saben) de un tiempo a esta parte se ha convertido en un disciplinado pobre diablo, lo que es gravoso para un país con tendencia siempre al caos porque tienes que cargar con un Presidente que es un perpicaz cocinero y atento sirviente del pretendido imperialismo de Hugo Chávez, y un despistado niño de feria que feliz consume el caramelo con veneno que de tanto en tanto le da en la boca el gobierno de Chile. Todo ello lo convierte en un pobre diablo, y un pobre diablo -como se sabe-ladra cuando le dicen que ladre, rebuzna cuando no quiere entender lo entendible, y torpedea como la envidiosa chusma del vecindario. El Presidente Evo Morales debería de dedicarse a arreglar sus asuntos internos en un país que está a punto de fragmentarse por obra y gracia de la mercantilista derecha boliviana y del Evo que no ha sabido someterlos con inteligencia. Y como es un pobre diablo, otros tienen que hablar claro por él, otros tienen que llamar a las cosas por su nombre, cuando el llamado es él. Me refiero a cuando Fidel Castro (uno de sus papás) llamó -con mucho acierto- al arrebato del mar de Bolivia por parte de Chile como "una de las peores humillaciones históricas"; ¿y dónde estaba Evo?, pues quizás, levitando con coca.