viernes, octubre 19, 2007

Viva el Perú y sereno: de ministros ladronzuelos y la inmensa estupidez de la dueña de la librería "La casa verde"....

Robarle al estado Peruano es un deporte nacional a tal punto que verdaderas hazañas se han escrito en su historia. Por ejemplo en estos días nuestro Ministro del Interior, el moche Alva Castro (acusado de producir gigantescas nauseas cada que sale en TV), dice que él no tiene nada que ver con los escándalos de corrupción que pasa en su cartera ministerial. Siendo ingenuos podríamos pensar que éste señorito de pelo pintado es un incompetente down a quien la duda le favorece, pero no es down, lo que pasa es que éste cándido y esforzado gordito (que sólo un país como éste le ha podido regalar una segunda oportunidad) es un curtido y macerado truhán, el capítulo subterráneo de Alibaba y los 40 ladrones, y el hijo bruto y perdido de los tatalia (para mayor detalle ver el Padrino).

De otra esquina, me entero que la dueña de la Librería llamada La Casa Verde ha tenido un arrebato de cocinera al prohibir que se venda en su librería la obra del novel escritor Carlos Carrillo misma que lleva por título “Para tenerlos bajo llave”, mandando a retirar de sus estantes esa "asquerosa obra". La menguada que funge de librera ha dicho que dicha obra es “satánica, pornográfica y pedófila” y que no va con la línea decente de su negocio. Reprochaba esto la menguada mientras la caja registradora de su librería recibía algunos dolarillos por la compra de una obra del Marqués de Sade, sórdido, calenturiento y sádico escribiente que rendía culto a la sodomía. Lo curioso del caso además y que no ha hecho sino coronar la ignorancia de la menguada, es que LA CASA VERDE (nombre de su librería) es el nombre de un célebre burdel, chongo, mancebía, o casa de la tolerancia en la obra (del mismo título) de Mario Vargas Llosa, tal como, desde un Barcito, entre pisco y escabeche de borracho, le ha hecho recordar el siempre lúcido maese Oswaldo Reynoso. Como extrañamos al librero Mejía Baca.

martes, octubre 16, 2007

Porque escupir a Simón Bolivar...


En los últimos tiempos la arremetida del mito de Simón Bolivar ha vuelto a suscitar sonoros discursos por quien se cree su más virtuoso sucesor: Hugo Chávez. El presidente de Venezuela no sólo tiene el mal gusto de meter su nariz ahí donde nadie lo llama, sino además se ha constituido en un opinador locuaz que lejos de ser tomado en serio provoca más de una risotada de cantina por las ya consabidas y repetidas payasadas (Antimperialismo, oligarquía, patria o muerte, lucha del proletariado, y toda esa monserga cojuda ) con que suele embrutecer a quienes atrae a su rebaño (y vaya que logra atraerlos, ahí está el tibio y sobón gobierno de Argentina, el mendicante y arribista gobierno del Ecuador y la siempre servil Bolivia, ese país ingrato).

A lo que íbamos, el menudo y morenito de Bolivar (de cuya piel, dicen los historiadores, éste renegaba ya que hubiera preferido ser blanquiñoso, complejo de francés que le dicen) fue un inteligentísimo estratega militar, pero también un embustero, calculador y grosero dictador rapaz, fundador en Latinoamérica de ese mal inmundo llamado caudillismo militar y toda su cruel felonía. El Perú tiene sobrados motivos para escupir la memoria de Simón Bolivar y su prédica revolucionaria, porque yace en la memoria peruana lo que Simón Bolivar representó para el Perú en su lucha por su independencia, país al que desde sus años de formación (bajo la batuta de Andrés Bello y Simón Rodriguez) siempre admiró, pero también envidió, por su riqueza y por su legendario pasado, y que para su independencia tuvo que pagar un precio muy alto (como ningún otro país liberado).

En estos días el sólido escritor Herbert Morote acaba de hacernos el favor de refrescarnos la memoria con la publicación de un Libro al que ha titulado acertadamente “Bolivar Libertador y Enemigo No. 1 del Perú”, Libro que debe ser repartido en todas las escuelas del Perú para que de una vez por todas se desnude a este Napoleón de tacora y mostrarlo tal como fue: un reptil ambicioso, y echar por tierra su imagen que hoy en día tras un parchado velo de revolución bolivariana trata de imponerse en la siempre desmemoriada y borrica Sudamérica. Desde esta sucia trinchera hemos elegido sólo cinco perlitas (de las muchas) por las que el Perú debería de escupir la memoria y la imagen de Simón Bolivar, a saber:

1.-Porque luego de la proclama de la independencia , y con toda la armada a su mando, complotó contra el Perú para desestabilizarlo con la única finalidad de que no se instale ningún gobierno “Es preciso trabajar porque no se establezca nada en el País y el modo más seguro es dividirlos a todos” (Bolivar Dixit).

2.-Porque, babeante en su codicia, amputó la mitad de nuestro territorio, quitándonos Guayaquil y luego el Alto Perú (lo que ahora es Bolivia).

3.-Porque, como Dictador del Perú, estableció un estado de represión y amenaza contra quienes lo cuestionaban y se atrevían a defender los intereses nacionales, mandando a fusilar a sus opositores.

4.-Porque volvió a imponer a los indígenas peruanos el miserable tributo que pagaban durante la colonia. Amén del menosprecio que estos recibían de éste supuesto libertador.

5.-Porque volvió a establecer en el Perú la esclavitud que había sido abolida por San Martín.