viernes, septiembre 05, 2008
jueves, septiembre 04, 2008
Divagaciones....
Y llueve en Lima, creo que nunca el cielo le ha orinado tanto a Lima como ayer y hoy. Luego saldrá el sol de Lima y todos tendremos grandes sonrisas. Casi a las 5:30 de la tarde ya lima se pone más dark de lo que suele ser. Viajo en taxi o en el carro de mi mujer y eso me permite reconocer la ciudad, su fealdad gris. Una pareja se besa en plena Lluvia. Un sucio perro espera tranquilo que cambie el semáforo (mientras queda empapado con la lluvia). Supongo que para Martín Adán la lluvia de Lima agudizaba su sepulturera depresión, ó Eguren sufría de ataques espasmódico de romanticismo alemán. Hasta los Surf de la playa los Pavos pierden su color. La verdad sea dicha: Lima es más fea en invierno y sólo por eso (los feos) la queremos tanto.
martes, septiembre 02, 2008
Viejas amistades...

Viejos vicios:
2)En ese mismo orden (já, la leguleyada por delante): al finalizar la tarde del pasado Jueves llegó a mi güarida (directamente desde el Cuzco) el Hereje (regente del blosgspot La hoguera de los Herejes que se actualiza cada que su autor se acuerda que tiene que ensuciar la pantalla). Nos fuimos a una chingana antigua que hay en Miraflores para libar algunas cervezas y, de pasadita, matar algunas penas y hundir ciertas tribulaciones. Todo: al ritmo de la sonora matancera y elevaciones espirituosas con Boleros de Daniel Santos que derramaba una antiguacha radio marca JVC. El efluvio de la cerveza estaba riquísima y la pinguita de mono en el sánguche cantinero, también. De pronto el Hereje se borró por entre las penumbras góticas de Lima.
A ambos desde esta sucia trinchera: les envío un abrazo.
Mario Levrero y el vacío...
Así de rápido y chiquito:Para Lima Mario Levrero debe ser un extraño, y quizás para Mario Levrero Lima era también una extraña, remota, y lejana ciudad de Sudamérica. A pesar que dos de sus obras (dejen todo en mis manos y el discurso vacío) estuvieron tímidamente circulando por estos lares (gracias a la impresindible Librería el Virrey) no se puede hallar más libros suyos. Lo que resulta un pena porque uno siente que nos estamos privando de un gran escritor . Ni en las Ferias de Libro de por acá uno los encuentra. Veremos que hacemos, por lo pronto les dejo esta testamentaria:
"El vacío nunca me asustó demasiado; en ocasiones hasta llegó a ser un refugio. Lo que me asusta es no poder huír de ese ritmo, de esa forma que fluye sin develar sus contenidos". Pag. 47 "El discurso Vacío". Mario Levrero.

